Aunque los nuevos hábitos de consumo asociados a la tecnología son ya una realidad más que palpable entre los consumidores españoles, la mayoría continúan siendo fieles a la tienda física o comercio tracidional. En términos generales se puede decir que en torno al 64% prefieren emplear el formato tradicional que hacer sus compras a través de plataformas o comercios online.
La tendencia es mucho más acusada dependiendo del tipo de productos. Según el informe 'La realidad sobre la fidelidad del consumidor' sobre la fidelización de clientes en el sector consumo, elaborado por la consultora KPMG, a la hora de comprar cerveza, licores, vinos o productos de alimentación la tienda física es la clara ganadora frente a la virtual. Más de la mitad de los españoles adquieren este tipo de productos de forma exclusiva en estos establecimientos, y tres de cada diez lo hace de forma mayoritaria. Frente a ello, sólo entre el 3 y 4% opta por utilizar Internet y entre un 13 y 14% utiliza ambas opciones en la misma medida.
Lo mismo sucede, aunque con algo menos de intensidad, con otro tipo de productos como la ropa, el calzado y los accesorios; los artículos deportivos; los cosméticos; y los productos de lujo.
A pesar de lo que se pudiera suponer, este modelo de comportamiento se repite en todas las generaciones. Incluso en algunos productos como los cosméticos o artículos domésticos (muebles, televisiones, cafeteras…) son los jóvenes de la 'generación Z (centennial)' quienes reconocen comprar "mayoritariamente o sólo" en las tiendas físicas (un 77% y un 82%).
Aunque el estudio demuestra que, a nivel global (incluyendo Europa y el resto de continentes), también se produce este fenómeno, lo cierto es que en España el fervor por comprar ‘a pie de calle’ es más intenso. El carácter de los españoles -a los que nos gusta tocar el producto- , y otros elementos como la climatología favorecen la omnicanalidad y la mayor preferencia por la tienda física”.
Los resultados del informe ponen de manifiesto que la tienda física sigue teniendo un gran arraigo y las nuevas generaciones son fieles a ella. Ahora bien, aunque la proximidad del comercio a pie de calle le esté ganando la batalla a la comodidad de la tienda online, el sector debe transformarse.
Otro factor a tener en cuenta es el elevado nivel de fidelización de los milennials, “mucho mayor que en el resto de generaciones”. Incluso, conseguir fidelizar al cliente “será crítico para el desarrollo del negocio a largo plazo”.
El comercio del futuro inmediato ha de tener en cuenta que la tecnología no sólo ha democratizado el acceso a determinados productos sino también ha empoderado al consumidor. A diferencia de lo que ocurría hace poco tiempo, “el precio no determina la decisión de compra y tampoco fideliza”. De hecho, los factores emocionales adquieren cada vez más importancia.
Así, los consumidores valoran mucho más la calidad de los productos, el surtido, la atención al cliente, la inmediatez y la transparencia. “Las marcas han de ser honestas y contar con un discurso que se corresponda con la realidad”.
Además de ello, tienen que estar vinculadas a la sostenibilidad medioambiental y social. Un tercio de los consumidores valoran el compromiso de las marcas y comercios con el medioambiente. “Premian a quienes ayudan a construir un mundo y una sociedad mejor”.
Junto con el turismo, el comercio se ha convertido en uno de los sectores estratégicos para la economía española. Tal y como recoge un estudio promovido, su aportación al PIB (Producto Interior Bruto) es ya del 13%, casi dos puntos por encima de la media europea del 11,2%.